Balthus

Balthasar Klossowski de Rola (Balthus) nació en el seno de una familia de artistas en París un 29 de febrero de 1908, lo que le permitió bromear sobre su edad en su 92 cumpleaños afirmando que sólo tenía 23. Sus padres formaban parte de la elite cultural de París. En su formación recibió el apoyo de Rilke, Bonnard y Matisse. En 1937 se casó con Antoinette de Watteville, con quien tuvo dos hijos. La original combinación de las obras de Balthus resultó imposible de concebir incluso para los grandes precursores del arte del momento, aquellos mismos que propugnaban que al espectador del arte moderno había que epatarlo, conmoverlo. La causa de este desconcierto en la recepción de sus obras se encuentra en una extraña suma: aunó en atmósferas extrañas a figuras clásicas, tomadas de pintores como Masaccio o Piero della Francesca, pero las dotó del misma estructura de pintores como Cézanne. Y siempre de una atmósfera real que parece todo menos real y que produce desconcierto al mirarla.
Los elementos relacionados con el mundo de los sueño no se manifiestan sólo en sus famosos cuadros de adolescentes al más puro estilo de la Lolita de Nabokov, sino que se perciben en toda su creación, que encierra un trabajado quehacer similar a las técnicas de algunos maestros renacentistas y que no deja nunca de reflejar una eterna mirada de niño y un fuerte amor a la naturaleza.
Una filosofía romántica que poco a poco se acerca a la estética oriental. Ideas fuera del siglo XX, ha sido calificado como el último aristócrata o romántico, y así vivió, especialmente sus últimos años, retirado en Suiza junto a su segunda mujer Setsuko.
MARTA CABALLERO DELGADO